cuestión de palabras
Cortitas: acerca de las abreviaturas
Por Silvana Tanzi / Miércoles 14 de febrero de 2018
Foto: Mauro Martella
Hay que imaginarse a los escritores antiguos que no tenían ni birome ni lápiz. Escribían lento con pluma de ganso y, claro, tenían que abreviar muchas palabras, una de las razones por las que es complicado leer ahora sus manuscritos. Es que las abreviaturas plantean una mínima dificultad porque es el lector quien tiene que completar la palabra. Hoy, que no escribimos con pluma, no hay excusas para usarlas en el cuerpo del texto, aunque sí en notas, bibliografías o cuadros.
Al usar abreviaturas, recordar:
-Siempre llevan punto y se leen como si fueran una palabra completa: si vemos etc., leemos etcétera.
-Si la palabra se escribe con minúscula, también la abreviatura. Por ejemplo: número (n.º), capítulo (cap.), volumen (vol.). La excepción son los títulos, los nombres genéricos de espacios urbanos y las fórmulas de tratamiento: doctor (Doc.), bulevar (Br.), usted (Ud.).
-Admiten el plural con una s o con la duplicación de letras: páginas (págs., pp.), Estados Unidos (EE. UU., EUA).
-Se pueden inventar, pero deben ser eficaces. No tiene sentido abreviar obra como ob. porque ahorramos solo un caracter.
Otra forma de «acortamiento» son las siglas que tienen sus propias reglas:
-Se escriben sin punto y no marcan plural:
una ONG (organización no gubernamental)
dos ONG
-Pueden inventarse, pero la primera vez que se usan se debe explicar su significado.
-Se pueden escribir con mayúscula y minúscula cuando tienen cuatro letras o más y se leen como una palabra nueva: Sodre, Conaprole, Mides, Afap.
-Se escriben con mayúscula cuando tienen menos de cuatro letras o se deletrea al leerlas: FMI, MVOTMA, PNUD.
¿Tenés dudas existenciales acerca de nuestro idioma que te quitan el sueño?
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