residencia artística en campo abierto / diarios
Naturaleza trans
Por Marianella Morena / Miércoles 28 de noviembre de 2018
Foto: Agustín Urrutia
El campo se convierte en el escenario perfecto para recuperar el tiempo. Un tiempo que invita al encuentro, a la reflexión de ese encuentro, y a la convivencia de diferentes identidades unidas por la necesidad de mezclar la realidad con la ficción y cuestionar, siempre, a través de la representación artística, lo que ya caducó hace tiempo.
En proceso
La convivencia es un embudo hacia lo necesario, el resto se aleja solo. La conversación comienza a ser el material que necesitamos y la entrega sucede, no hay plan b, la alternativa es solo una. Eso alivia desde un punto de vista, y colabora con el tiempo, ese maldito animal que se escabulle y cambia cada vez que queremos que sea aliado. Pero el tiempo acá es cómplice, amigo y amante, está, viene con nosotros, trae la pregunta, y se lleva la ansiedad. Se dilata y vuelve a ser uno más, no como sucede en la ciudad, que siempre está enfrente, como ese ómnibus que perdemos, como final de fila interminable, esa reunión a la que llegamos tarde, el tiempo en la urbanidad se aleja de nosotros. No conciliamos, corremos, y él huye. Acá, cambia la coordenada.
Viene y va, no es que esté preso de nuestra carnalidad; se sienta y desplaza, al igual que nuestro cuerpo, se instala en el espacio de ensayo o por el suelo verde, la ruta, y el campo del vecino. Entrenamos y probamos cosas en la mañana, cortamos para almorzar, y al rato, en la tarde noche. Hemos recorrido y probado sitios para dialogar: el galpón, la zona más arbolada, el living, los cuartos, las comidas juntos, las noches para bailar bajo las estrellas, la luna o la lluvia. Hemos estado y estamos, en continuo, sin que la interrupción ajena venga a ordenarnos la prioridad, a distribuir la jerarquía y distraernos con lo otro.
A partir de consignas se orienta el material, tanto en relatos orales como físicos, pero teniendo la corporalidad como eje y desde ahí, suceden los testimonios. También las fotos. Hace dos mañanas hicimos una sesión fotográfica en el campo de al lado, que cuenta con ovejas, gallinas, vacas, corderitos pequeños y corrales. Luego, entre ruta, tacos, vestidos coloridos y maquillaje, volvimos, viendo que no hay frontera, que la frontera se construye y se destruye cada día. No me refiero a la legal, al pasaporte, al límite de naciones, de países, no. Sí a la cultural, a la artística, a la personal, a la comunitaria. Nada como limpiar la frontera y sentarnos arriba de ella. Sin línea que indique dónde empieza y termina. Sin prejuicio.
El 19 de noviembre compartimos un material en el que conviven relatos testimoniales, canciones, bailes, y un fragmento de Hamlet. La estructura la fui realizando con relación a lo real, en cómo la ficción se pone al servicio de lo real, en cómo lo real se pone al servicio de la ficción. Es compartir un proceso de creación.
La representación
El teatro se conoce como arte de la representación, aunque desde 1920 ha sido discutido y desde entonces la crisis ha generado estéticas, convivencias disciplinarias y el destronamiento definitivo, para erigirse como arte del presente. En la actualidad, al margen de los lenguajes elegidos por cada artista para compartir su discurso y ordenar sus contenidos, la representación está en vías de extinción, o al menos en su forma más purista, como reina de los escenarios. ¿Dónde está la representación?
Convivencias
Convivimos con caballos que nos visitan, con sapos y ranas nocturnas, pájaros, garzas, grillos, perros. Convivimos con algunos trabajadores que están poniendo la residencia para recibir a los participantes de NIDO. Convivimos con la gente de la zona que es invitada a conocer, y participar de las experiencias y actividades. Convivimos con el espacio creado, la naturaleza y el edificio preparado para este proyecto. Convivimos con Nicole, Priscilla, Alisson, Victoria, Elaine, Agustín y yo durante quince días. Luego se suman Pedro y Tamara con su hija de siete años, otras niñas de la zona se acercan a ver ensayos. Una nos pregunta: «¿Cuál es tu trans favorita?».
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