entrevista a editores
Caminos y rumbos del libro infantil en Hispanoamérica
Por Escaramuza / Martes 03 de mayo de 2022
Ilustración de Marc Majewski en el libro «Palabras pintadas», de Emmanuel Lecaye (Libros del Zorro Rojo, 2021).
Hoy de noche, en torno al libro Los carpinchos (Ekaré), Escaramuza recibe a un equipo de lujo en literatura infantil. Sobre asuntos ligados a los libros para niños (y no tanto), entrevistamos a Pablo Larraguibel, director de Ediciones Ekaré (Venezuela), a Fernando Diego García, director editorial de Libros del Zorro Rojo (España), y a José Díaz, fundador y editor de Thule Ediciones (España), que justo están en Montevideo.
¿Cómo dirían que son los caminos de circulación de la literatura infantil en Hispanoamérica? ¿Se edita pensando en un marco transhispánico?
FERNANDO: No me animaría a dar una respuesta concluyente. En nuestro caso, si lo hacemos, intentamos siempre que nuestros textos puedan ser leídos con fluidez y naturalidad en los distintos países que conforman el espacio iberoamericano. Y trabajamos con ilustradores y autores sin importarnos su origen. Es evidente que, por estar editando desde España, tenemos a nuestro alcance recursos financieros, ayudas y subvenciones de internacionalización y posibilidades de acceso a los distintos mercados mucho más favorables que las que pueda tener un editor latinoamericano. Ojalá esta situación fuera diferente y la producción de calidad que se hace en América Latina también pudiera tener posibilidades de distribución en España y un mejor acceso a los distintos mercados de la región.
PABLO: Hay limitaciones comerciales que condicionan la edición para más de un país, además de otras complicaciones, como tipos de cambio controlado y otras barreras paraarancelarias que aplican algunos países. Los canales comerciales necesitan volúmenes de carga. Si el conjunto de las editoriales de un país no tiene suficiente fuerza exportadora, es muy difícil que un distribuidor en otro país pueda importar en condiciones competitivas. Los distribuidores necesitan, para poder ser competitivos, juntar volúmenes de carga suficiente, uniendo libros de varias editoriales, para que el costo total relacionado con el transporte y aduanas no afecte demasiado el precio final de venta del libro al público. En relación con los temas tratados en los libros, nuestra experiencia, la de Ekaré, nos dice que no son condicionantes. Al contrario. Una historia «local» puede perfectamente trascender sus supuestas limitaciones geográficas y venderse en otros mercados poco relacionados con el contexto de esa narración. Al revés, un tema «global» no necesariamente tiene garantizada su «exportabilidad». Allí entra la gracia del sector editorial: no conocemos el secreto del éxito de los libros ni tampoco en qué lugares tendrá mejor o peor recepción. Por ejemplo, un libro ambientado en el sur de Chile, La tortilla corredora, de Laura Herrera, es un éxito de ventas en México. Al sur de la Alameda, en casi toda América, pero no en Argentina… También influyen, por supuesto, las intenciones y posibilidades de la editorial sobre lo publicado: si lo cree exportable debe tener los canales para hacerlo (distribuidores en los países de destino) e imprimir suficientes ejemplares para hacerlo viable. Existen también las ediciones para determinados territorios. Por ejemplo, algunos títulos de Isol publicados en Argentina tienen una edición especial para España para ese territorio por una editorial española. Esta forma de circulación comienza a tener alguna relevancia.
JOSÉ: En el caso de Thule, contamos con multitud de ilustradores y autores latinoamericanos que circulan a través de nuestra red de distribuidores en América (desde Canadá hasta Tierra del Fuego) y España. Gracias a la universalidad de la ilustración, la literatura infantil, frente a la adulta, migra con gran facilidad entre los países de lengua española. Todos ellos conforman nuestro ámbito y para ello participamos en distintas ferias (desde Guadalajara a Buenos Aires).
[Ilustración de Eduarda Lima en el libro La protesta (Thule), también de su autoría].
¿Localizar y adaptar los textos o mantener la extrañeza? ¿Qué prefieren en sus catálogos?
JOSÉ: En Thule preferimos mantener las hablas locales, aunque procuramos evitar al lector infantil el léxico que pueda resultar malsonante («coger» en Argentina, México, Uruguay..., «bicho» en Puerto Rico). Si no, se priva al autor de parte de su riqueza expresiva.
PABLO: Ekaré mantiene la voz del autor. Si es latinoamericano, que se lea latinoamericano. Si es español, que mantenga su acento. Evitamos algunos localismos extremos que no estén explicados por el contexto. Un ejemplo muy uruguayo es el título Los carpinchos, de Alfredo Soderguit. Este roedor solo se conoce con ese nombre en la desembocadura del Río de la Plata y, sin embargo, no se nos ocurrió usar «Los capibaras». Los carpinchos necesitaban ser carpinchos.
FERNANDO: Buscamos respetar al máximo la singularidad de cada texto, de cada autor; en nuestras ediciones de literatura infantil solo buscamos opciones más neutras cuando la compresión pueda hacerse muy difícil o directamente el significado de la palabra o la expresión utilizada sea muy diferente. Claro, esto es muy difícil de lograr, más que nada es una expresión de deseos, ya que no se habla el castellano del mismo modo en México, en Uruguay o en Perú.
¿Cómo ven el lugar del e-book en los catálogos de literatura infantil? ¿Dirían que eso cambia según espacios geográficos?
PABLO: El libro álbum y el e-book no son buenos amigos. La doble página, unidad básica del álbum, no se reproduce bien. Puede que haya alguna excepción que no conozco, pero el álbum en pantalla pierde demasiado. Además, el usuario le exige al medio lo que este puede dar. Al papel le exige que tenga el juego entre las tintas y el blanco y que se pueda pasar la página. A las pantallas, hoy en día, se le exige todo lo que sabemos que pueden dar. Si hay un pájaro en la ilustración, ¿cómo canta? ¿cómo vuela? Todo al contacto con el dedo que lo interroga. El libro deja de ser libro para transformarse en un juego. Dicho esto, si no se trata de álbumes, el formato electrónico puede ofrecer un correlato más aceptable. En Ekaré entendemos que algunos sistemas bibliotecarios quieran ofrecer a su público la posibilidad de leer en e-book, así que tenemos en ese formato algunos libros que permiten su adaptación sin perder demasiado. Son pocos, dado que editamos fundamentalmente libros álbum.
[Interior de Somos animales humanos, de Rosie Hane (Ekaré)].
JOSÉ: Por el momento, nosotros no publicamos e-books. Hay numerosos estudios científicos que avalan las ventajas de la lectura en papel frente a la digital. Quizá pueda ser útil para narrativa infantil, o para bibliotecas, pero por el momento preferimos el tacto físico, que además permite jugar con texturas, formatos...
Como editores, ¿qué impacto tiene el hecho de la ilustración digital en vuestro trabajo? ¿Añoran ver el trazo original de la propuesta en papel?
JOSÉ: La ilustración digital es una herramienta más en la paleta de los ilustradores. Permite a veces ahorrar mucho trabajo cuando se trata de retocar imperfecciones y algunos trabajan este tipo de ilustración con grandes resultados. No nos importa la técnica mientras el resultado sea de calidad. Algunos combinan ilustración tradicional y digital simultáneamente o según proyectos.
PABLO: Si el trabajo de ilustración es bueno, el soporte es lo de menos. Si para determinado proyecto se justifica una ilustración evidentemente digital, y está bien realizada, no es un problema. Estábamos, eso sí, muy acostumbrado a ver el trabajo de ilustración en técnicas tradicionales, como acuarela, carboncillo, guache, etc. Nos gusta ver el material, tocarlo, disfrutar de la vista de una ilustración al lado de la otra sobre el mesón mientras va creciendo el libro. Pero, volviendo a lo digital: todo depende del uso de la técnica. Así como hay quien usa bien lápiz y pincel, hay quien usa las técnicas digitales con naturalidad y con resultados excelentes. Y, hoy en día, muchos de los retoques de un trabajo sobre papel se hacen en photoshop
¿Qué fronteras y desafíos hay en la literatura infantil en relación a nuevas tecnologías, pero también en el contexto medioambiental actual?
JOSÉ: Uno de los problemas de la digitalización de la literatura infantil es cuando la obra se transforma y limita con el videojuego, a veces con pobres resultados y no queda ni un buen libro ni un buen videojuego. Son formatos distintos. En cuanto al cuidado del medioambiente, en Thule cuidamos que el papel de nuestros libros proceda de bosques sostenibles. Nos queda camino por recorrer (tintas, transporte...), pero la lucha es poder mantener precios asequibles a todos los públicos, porque creemos en la democratización de la cultura y eso pasa por ofrecer los libros a buen precio.
PABLO: Los temas de la literatura suelen coincidir con el contexto en que se escriben. Hoy en día, la conciencia medioambiental es probable que aparezca tanto como los asuntos de género, por ejemplo, dentro de la temática de los libros en general y de los dirigidos a la infancia, en particular. Eso sí, deja de ser literatura cuando se transforma en consejos o sugerencias de actuación. Sobre la producción: cada vez hay más conciencia sobre el uso de papeles certificados y menos contaminantes.
¿Cómo ven los acuerdos con editoriales locales para asegurar la llegada a otros países? ¿Ya han hecho acuerdos de este u otro tipo? ¿Cómo ven a Uruguay en este sentido?
FERNANDO: Desde siempre hemos buscado editar en España obras que fueron editadas antes en otros países de América Latina. No es una actitud usual de parte del editor español, pero nosotros lo hemos hecho. El libro negro de los colores, por ejemplo, es una edición original mexicana y hoy es uno de los títulos más emblemáticos de nuestro catálogo; lo mismo que La anarquía explicada a los niños, que editamos en 2020, a partir de una edición original hecha en Argentina tres años antes. Siempre tratamos de estar atentos a esa posibilidad. Y también a la inversa: hay títulos nuestros que han tenido ediciones especiales en Argentina, en México o en Chile.
JOSÉ: En Uruguay, México y Argentina hemos realizado ediciones locales de la mano de nuestros distribuidores y han funcionado muy bien.
PABLO: Sí. Tenemos algunos acuerdos sobre edición local de algunos de nuestros títulos para evitar viajes innecesarios e intentar tener precios competitivos y mayor presencia allí donde se hace la edición. En nuestro caso, lo hemos hecho en México, Colombia y Argentina. Pero se necesita un tiraje mínimo que lo justifique.
Más información sobre la actividad del martes 3 de mayo de 2022, hacer click acá.
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