Durante las semanas de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Montevideo, varios escritores de distintos países se acercaron a presentar sus obras o a charlar sobre escribir en sí. Una de estas autoras fue la argentina Mariela Peña, que presentó su libro ¡No creas todo lo que te digo!, publicado con Quipu.

Es casi imposible no sentirse atraído hacia la tapa de esta novela, pero, al leer la parte de atrás, podemos llegar a desechar la idea de leerla. ¿Por qué? Porque parece una más de tantas que nos cuentan siempre la misma historia. Sin embargo, devolver el libro al estante del que la sacamos sería un error enorme: esta novela es mucho más de lo que su sinopsis deja ver.

La historia que esconden sus páginas es sencilla en apariencia, pero se las arregla para tocar un montón de temas típicamente adolescentes desde una mirada no tan típica. Quizás ese sea el mayor fuerte del libro: la vuelta de tuerca a los clichés.

Nuestra protagonista es Ámbar, una chica de dieciséis años, con unos padres bastante sobreprotectores, que en medio del caos que es la adolescencia busca encajar entre sus amigos, descubrirse a sí misma y no perder el vínculo que tiene con su familia. Por esto es que ella muestra tres caras: una en Twitter, en la que se refleja una Ámbar más superficial y relajada; otra en Wattpad, red social en la que publica sus poemas con un seudónimo; otra en su vida diaria, con su familia y sus amigos más cercanos.

La historia comienza cuando Ámbar se cruza con Julián Rivera, una celebridad de Twitter que le encanta. La atención de este chico hacia Ámbar provoca que Lola, digamos, la “líder” de su grupito de amigas, se llene de envidia. Hasta acá, todo parece bastante predecible. Es muy fácil sacar conjeturas de cómo van a darse las cosas, casi parece innecesario llegar al final para descubrirlo. Error. La novela se encarga de llevar la trama por caminos muy diferentes a los esperados; más profundos, más complejos y probablemente más humanos. Incluso el final no es el que uno imaginaría en un libro de este estilo, pero no solo es mucho más realista, más cercano a la vida misma, sino que deja espacio a una —ya confirmada— continuación.

Es muy posible que la historia llegue tanto porque sus personajes son personas, son tan reales que podríamos cerrar el libro y encontrárnoslos por la calle. La autora consigue plasmar el caos y el enojo adolescente sin subestimarlos, sin que su juventud parezca artificial y haga que cueste que un adolescente actual conecte con los personajes. Que se hable en español argentino ayuda muchísimo, vuelve todo más cercano y creíble.

Ámbar crece a lo largo de las páginas, la relación con sus amigos cambia, sus objetivos y sus sueños evolucionan. La novela no se centra solamente en lo que pasa con Julián, sino en sus amigas y su familia. En cómo Ámbar se siente obligada a mentirles a sus padres, aunque le duela, o en cómo se deteriora su amistad con Thiago, o en las idas y vueltas de Lola, que es un personaje muy complicado. 

Desde el inicio, la narración es descontracturada, fluida, muy cercana a los adolescentes que protagonizan la historia. Esto hace que se lea superrápido, con ganas. Hay, sin embargo, frases y metáforas bastante lindas que hacen que la prosa no sea llana, que tenga algo especial. Y, por si fuera poco, la novela tiene intercalados los poemas de Ámbar en Wattpad, que son ni más ni menos que los que escribía la autora cuando tenía su edad, adaptados.

Esta novela fue una grata sorpresa. No solo es entretenida, adorable y muy fácil de leer, sino que rompe clichés y se lleva por delante los posibles prejuicios que uno pueda tener. Recomendadísima.