La mente es un músculo
Un título de cinco palabras
Por AniMale / Miércoles 25 de enero de 2023
Fotograma de «Serene Velocity», de Ernie Gehr.
En esta performance el foco está en el hacer y no en el cómo se ve. Se trata de un ejercicio en el que lo único que releva es lo que ocurre aquí y ahora. Además, se actúa sin esfuerzo. Magdalena Leite y Aníbal Conde exploran la dimensión autotélica de la danza y proponen un curioso ejercicio en torno a ella.
1. En la danza, a partir de los años 60 y notoriamente después del «No Manifiesto» [1] que proclama que la mente es un músculo, se produce un cambio de presencia escénica. Así, se pasa de una que representa imágenes y sensaciones a partir de una gestualidad expresiva, a otra nueva que representa exactamente lo que está haciendo, sin querer evocar nada más, una suerte de presencia autotélica [2]. La definición de este término, de acuerdo a su etimología, quiere decir cualquier tipo de acción que tiene en sí misma el justificativo de su propio fin. Por eso se considera que una actividad es autotélica cuando se hace por sí misma en el sentido de que vivirla es el principal objetivo.
Esta noción es retomada por Mihály Csíkszentmihályi, quien propone desde la filosofía una especie de actitud autotélica frente a la vida. Revisando las características con las que define esta actitud, nos sorprendió ver las similitudes que tiene con la presencia escénica resultante de la task based dance [3] de los 60, que ha sido retomada hoy por artistas como Jérôme Bel, Miguel Jaime o Federica Folco, dada la potencia política que conlleva el presentar lo que es como es, sin interpretaciones ni evocaciones subjetivas. Esta presencia está vinculada también a la noción de «práctica» de Déborah Hay, que ha sido revitalizada por Chrysa Parkinson [4], Luciana Achúgar y toda una corriente de coreógrafas contemporáneas críticas de la figura del coreógrafo todopoderoso que decide de antemano y de la idea de coreografía como objeto o producto terminado.
La personalidad autotélica y la presencia escénica derivada de una práctica comparten estas características:
- Se pone el foco en el hacer y no en el cómo se ve;
- Se involucra con facilidad en la actividad;
- Se concentra en lo que está sucediendo en el aquí y el ahora;
- Se disfruta la experiencia que se está viviendo.
Por eso decimos que una actividad es autotélica no cuando se realiza por un beneficio futuro, sino cuando el hacer esa actividad es la recompensa en sí misma.
Algunas de sus razones son:
- El tiempo pasa sin que la persona se dé cuenta;
- Desaparece la preocupación de equivocarse;
- Se actúa sin esfuerzo.
2. ¿Cómo sería escribir un texto autotélico? Dado que el autotelismo solo puede alcanzarse a través de una práctica, de una actividad, nos dimos a la tarea de realizar:
La práctica de escritura autotélica.
Instrucciones
Poner el temporizador en 5 minutos y realizar una práctica de escritura libre en la que el hacerla sea el fin en sí mismo.
Texto 1
Esta es una práctica de escritura autotélica, es decir que el único fin de este texto es escribirlo y mientras escribo trato de sentir qué está pasando mientras escribo. Hay como una voz leve interior que va dictando a las manos que se mueven muy rápido y tipean las teclas casi sin mirar lo que se está escribiendo. Mientras escribo escucho el teclado de mi compañero que está haciendo la misma práctica de escribir durante 5 minutos por el puro placer de escribir, como si fuera un deporte, como si fuera un juego que no tiene otro fin más que jugarlo. Confiar en la acción misma de escribir. Me preguntaba el otro día cómo habrá sido el proceso de génesis de la escritura, cómo piensan las palabras las personas que no saben leer, es como la pregunta de cómo sueñan las personas que no ven, qué tipo de imágenes mentales representan los sonidos en lxs analfabetxs y los colores en lxs invidentes. El puro placer de escribir y liberar un fluir de pensamiento escritural. Escucho con los ojos. Pienso que la escritura es sonora en el interior de mi cabeza. Pronuncio esta zeta de cabeza y pienso que en nuestro español no hay diferencia de sonido entre una S y una Z pero imagino que pronuncio en voz alta los dos sonidos diferentes.
Texto 2
Letras negras sobre fondo blanco. Caracteres juntos, pegados, formando palabras. Palabras unidas separadas por un espacio blanco forman unidades de sentido. Para separar: puntos, dos puntos. Puntos negros, más pequeños que los caracteres, como una o pero mucho mas chiquita, tanto que no vemos el espacio que queda en el centro. Una o que separa, una o que ya no es una o, todo cambia de acuerdo al tamaño con el que usamos las cosas. De su dimensión depende su capacidad de significar. La o se parece mucho al 0, es solo una cuestión de tamaños nuevamente, o de su relación respecto al resto de los caracteres distribuidos en el espacio en blanco. Todo depende entonces de su dimensión pero también de su relación con el resto de las cosas. Signos que significan, dibujos a los cuales les hemos otorgado la responsabilidad de ser nuestros embajadores, a través de ellos nos relacionamos pero también a través de ellos jugamos y creamos relaciones ya no significativas sino a veces hasta absurdas o irreconocibles. El lenguaje por el lenguaje es la poesía dirían algunos, cierto pero también algunos ejemplos más. Siguiendo el hilo de este encadenamiento de significados podríamos pensar en diversas prácticas artísticas que no tienen otro fin que el fin en sí mismo de ser realizadas, es decir el jugar con las materialidades propias de su medio sin otro objetivo que el de expandir las capacidades expresivas o de goce de ese propio medio, hacer por el placer de poder hacerlo.
No todo el arte es un ejercicio autotélico ya que el arte siempre refiere a su propia historicidad y muchas veces hace evidente esta relación, pero sí podemos pensar en ejercicios autotélicos dentro del arte y en este sentido pienso en el arte minimalista y su intención de despojar al máximo la obra para que permanezca lo que es esencial a ella. Por ejemplo, A Four Color Sentence [Una oración de cuatro colores], de Joseph Kosuth o Serene Velocity [Velocidad serena], de Ernie Gehr: ambas piezas refieren a lo que son, no hay nada más que una frase de 4 colores, no hay nada más que elipsis, saltos en el tiempo y en el espacio. Las piezas son lo que son, no hay lugar a la interpretación y en este sentido podríamos decir que son ejercicios autotélicos, son lo que son, como condición de existencia no refieren a otra cosa, se valen por sí solas (aunque esto sería discutible porque toda obra se inserta en un edificio social y por lo tanto responde y crea la sociedad en la que vive).
A continuación invitamos al/x lectorx a realizar la práctica a su vez.
[1] Rainer, Y. (1965) No Manifesto.
[2] La palabra autotélico procede de dos raíces del griego. Por un lado de αὐτός, αὐτή, αὐτόν (pr. aytós, ayté, aytón). Por otro de τέλος, τέλους (pr. télos, télus) con el significado de fin, conclusión. A esos dos lexemas se le añade -ικος (pr. –ikos) que significa relativo a. Puede considerarse entonces que el concepto etimológico de este vocablo es relativo al fin o conclusión por sí misma. Clase: adjetivo.
[3] Banes, S. (1987). Terpsichore in Sneakers Post Modern Dance. EEUU: Wesleyan University Press, p.21: «En la danza posmoderna-analítica el movimiento se convirtió en objetivo y se distanció de la expresión personal a través del uso de partituras, de actitudes corporales que sugerían trabajo y otros movimientos ordinarios, comentarios verbales y tareas. Las tareas eran una manera de producir una actitud impersonal, concentrada, un movimiento real con un objetivo claro y un sentido inmediato».
[4] Parkinson, C. (2008-2009). Self-interview on Practice vimeo.
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