Día del Teatro
Un libro esencial, uno inolvidable y una novedad para el Día del Teatro
Por Escaramuza / Domingo 27 de marzo de 2022
Fragmento de la tapa de «Un reto para el actor», de Uta Hagen (Alba, 2002).
Imposible no pensar en libros el Día del Teatro, hoy 27 de marzo. Quisimos saber qué libro de las artes escénicas es esencial para Alejandra Gregorio. También qué libro fue inolvidable para Marianella Morena. Nos daba curiosidad qué novedad elegiría Santiago Sanguinetti. Pero tampoco faltó la voz de Estevan Dávila Gómez, librero de la casa y ferviente lector. Como dice Morena, «Todo es material escénico, el asunto no es la escritura, es lo que quiero hacer con la misma».
Alejandra Gregorio, actriz y dramaturga
Un libro esencial: La dramaturgia como sacrificio, de Marco Antonio de la Parra. Es un libro esencial para mí porque te acerca a la posibilidad de la escritura dramática desde el amor, la intensidad y la generosidad. Aparte de contar con varias obras de Marco Antonio de la Parra en la edición de este libro, también tiene dos secciones importantes que no son en sí textos dramáticos, una titulada como el libro mismo y otra llamada «Cartas a un joven dramaturgo». De la Parra habla de la escritura como un relámpago, como la muerte, habla del desequilibrio, de escribir sobre aquello que tenemos dudas, y sobre aquello que no podemos dejar de mirar. Volver a este libro cuando la propia escritura nos da dudas es como un relámpago que ayuda a iluminar.
Un libro inolvidable: El centro del mundo, de Angelica Liddell. Angélica Liddell es una de las escritoras de teatro más reales y crudas que me he encontrado. En este libro nos presenta una trilogía, tres obras potentes que alternan entre el terror, la destrucción y la belleza. Liddell escribe el teatro como si estuviera escupiendo poesía. Y cada obra es a la vez un canto y un llanto. Algo que nace y algo que se muere. Leerla siempre es una conmoción. Nos sacude violentamente de nuestro lugar y nos pone en movimiento.
Una novedad: Colección Teatro INAE - Dramaturgos emergentes, de varios autores. El INAE viene haciendo un trabajo enorme publicando distintas colecciones teatrales de nuestro país. Una de las últimas es la de Dramaturgias emergentes, con obras seleccionadas de estudiantes de la Tecnicatura Universitaria en Dramaturgia. Lo sugestivo de este libro es la diversidad de las obras que contiene. Distintas voces de la dramaturgia actual, cada una con sus dispositivos propios. Es interesante acercar el teatro como género literario también, y no solo como espectáculo escénico.
Marianella Morena, autora, directora y docente
Dos esenciales e imprescindibles:
El espacio vacío, de Peter Brook. Habilita la mirada para la dirección con algo más que la representación del texto y la puesta en escena. El diálogo con la diversidad de los elementos que construyen al espectáculo.
El arte del presente, de Ariane Mnouchkine. Figura clave del siglo XX, transformó lo político desde lo poético, poniendo el teatro de creación como un espacio de experimentación y popular, sin permitir el divorcio entre ambos.
Una novedad: Se trata de un monólogo que viene de la literatura, pero fue teatralizado, que es Matate, amor, de Ariana Harwicz. En el teatro contemporáneo las líneas/fronteras de la dramaturgia ya no son rígidas. Todo es material escénico, el asunto no es la escritura, es lo que quiero hacer con la misma. En un mundo, donde la tanto la teoría, como la dramaturgia son preponderantemente masculinas, me parece esencial rescatar voces de mujeres tan capitales como los hombres. Si cada uno/a de nosotros/a aplicara lo que predica, el cambio sería notorio, si cada uno/a que marcha, lo hiciera luego en las marchas personales y laborales, la teatralización del discurso sería un hecho.
Estevan Dávila Gómez, librero en Escaramuza
Un libro esencial: Teatro, Enrik Ibsen. Es esencial porque nuestra idea moderna de drama, aquella que inicia en los albores de la modernidad europea y que presupone un sujeto soberano y declaradamente autónomo respecto de la naturaleza y de todo lo hierofánico está presente ya en las primeras obras de Ibsen.
Un libro inolvidable: Obras completas, de Sarah Kane. La obra de Sarah Kan es inolvidable porque invade tu espacio personal y te obliga a mirar de cerca lo más íntimo del ser humano; y porque la potencia de su dramaturgia resuena incuestionablemente en el teatro contemporáneo a más de veinte años de su suicidio.
Una novedad: Territorialidades escénicas en el interior, de varios autores. Es el primer libro de investigación y estudios teóricos de la colección Teatro del INAE. Este libro se propone investigar territorialmente la multiplicidad de manifestaciones teatrales del interior y visibilizar el teatro del interior del país, sus búsquedas e identidades propias.
Santiago Sanguinetti, dramaturgo, actor y profesor
Un libro esencial: El teatro y su doble, de Antonin Artaud. Un texto teórico publicado en 1938, incendiario y poético, que sentó las bases de la experimentación escénica más radical del siglo XX.
Un libro inolvidable: Cartas a un joven dramaturgo, de Marco Antonio de la Parra. Un Rilke de la dramaturgia. De lectura obligada para quienes comienzan a escribir obras de teatro.
Una novedad: Amor e información, de Caryl Churchill. Una autora fundamental de la dramaturgia contemporánea, de una profundidad temática inigualable presentada siempre con una disposición formal experimental y arriesgada. Esta obra de teatro, vertiginosa y con más de cien personajes, compuesta por decenas de pequeñas escenas independientes entre sí, alguna de las cuales no supera el minuto de duración, es una buena muestra del absurdo del mundo actual.
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