En un año donde relució el regreso de Twin Peaks, las nuevas temporadas de Game of Thrones y (menos) Stranger Things pusieron las expectativas por los aires, y en el que House of Cards parecería haber decepcionado del todo, llega esta selección muy personal marcada por el tiempo y gusto de quien suscribe, ya que imposible es ver todo. Pero dentro de lo visto, estas cinco series destacan por mérito propio, y bien pueden servir de recomendación para todo aquel que quizá las haya dejado pasar.

Mindhunter de Joe Penhall (serie, temporada 1, 2017, Estados Unidos)

Estados Unidos, los años setenta. Dos agentes de la Oficina de Conducta del fbi (Jonathan Groff y el mvp Holt McCallany) junto a una psicóloga (Anna Torv) serán los responsables de darle forma a una nueva teoría: el mundo ha cambiado y los asesinos han cambiado con él. Existe una nueva clase de asesinos: uno que mata sin razones aparentes o sin patrones evidentes, uno que mata por profundos problemas psicológicos. Existen, ahora, los asesinos en serie. Esta producción de Netflix adapta el libro Mind Hunter: Inside fbi’s Elite Serial Crime Unit de Mark Olshaker y John E. Douglas y —aunque los personajes principales son por completo ficcionales— traslada a la pantalla a algunos de los más tremendos y escalofriantes asesinos en serie reales mediante las distintas entrevistas que los agentes van realizando. De entre todos ellos, se destaca el siniestro (e inmediatamente inolvidable) Ed Kemper (interpretado por el maravilloso Cameron Britton) el primero de los asesinos que entrevistan y uno de los que les será de mayor ayuda (si por «ayuda» entendemos la meticulosa e impávida descripción de cómo decapitar a alguien).

Five Came Back de Laurent Bouzereau (2017, Estados Unidos)

Hollywood era una industria en pleno auge al momento de estallar la Segunda Guerra Mundial. Son notables los casos de muchos de sus artistas que se alistaron voluntarios para ir a combatir en el frente —Clark Gable o James Stewart, por decir solo dos—, pero este documental en tres episodios se detiene en aquellos que se dedicaron a algo más que luchar. Se concentra en cinco de los mayores directores de la historia del cine, quienes asumieron que debían registrar aquello que estaba pasando en el mundo, aportando su granito de arena —así fuera en cine de propaganda— y arriesgando incluso sus vidas yendo al combate para hacerlo. Estos señores eran un quinteto que ya quisiera tener cualquier maratón de cine en su programación: John Ford, Frank Capra, George Stevens, William Wyler y John Huston. Cada uno de ellos, desde su lado, su posición e incluso su oportunidad, registraron batallas (The Battle of Midway de Ford o The Battle of San Pietro de Huston), participaron del reclutamiento (el ciclo Why We Fight de Capra), acompañaron bombarderos desde el cielo (The Memphis Belle: A Story of a Flying Fortress de Wyler) o registraron amargamente las consecuencias de la guerra (Nazi Concentration Camps de Stevens). Con aportes de cinco grandes directores actuales (Steven Spielberg, Guillermo del Toro, Francis Ford Coppola, Paul Greengrass y Lawrence Kasdan), se narra así la aventura de estos otros cinco directores, su lucha contra los nazis y contra la burocracia militar de su propio ejército, y cómo su participación en la guerra los afectó para siempre.

Feud de Jaffe Cohen, Ryan Murphy, Michael Zam (serie, temporada 1, 2017, Estados Unidos)

En un medio tan competitivo como Hollywood, no son pocas las peleas, los choques de ego, las rivalidades, etc. Pero ninguna —reitero: ninguna— puede compararse a la que sostuvieron Bette Davis y Joan Crawford, primero, sostenida desde la competencia por papeles (que se volvían más y más escasos a medida que envejecían) y, luego, por la guerra desatada que mantuvieron durante la filmación de esa maravilla que es What Ever Happened to Baby Jane, ese peliculón que dirigiera Robert Aldrich en 1962. Ahora, y en la perfecta elección de Susan Sarandon como Davis y Jessica Lange como Crawford, llega esta miniserie que reconstruye —con libertades, pocas, pero las tiene— esos años y años de disputa y enfrentamiento, con especial hincapié en el rodaje de la película, sí, pero con las consecuencias de aquel éxito y la filmación incluso de Hush, Hush, Sweet Charlotte, la película que supuestamente reeditaría el éxito de Baby Jane, pero que tuvo resultados bastante distintos (y no hablo de calidad). Con un ritmo inmejorable, un elenco feroz —a las mencionadas Sarandon (que logra un mimetismo con Davis asombroso) y Lange (que sin parecerse en nada a Crawford hace de ella un animal de sentimientos y emociones envidiable) se suma como casi tercer protagonista el enorme Alfred Molina como Aldrich, Stanley Tucci, una Kathy Bates robaescenas con pocos minutos, y las desconocidas (para mí) Jackie Hoffman y Alison Wright como Mamacita y Pauline respectivamente, en dos personajes absolutamente fantásticos— y una contundente reconstrucción de época y espacio.

Taboo de Chips Hardy, Tom Hardy, Steven Knight (2017, Reino Unido)

Corre el año 1812 y en Londres, Inglaterra, se desata la guerra interna —la externa está ya desatada y es contra los nacientes Estados Unidos— entre la Corona y la Compañía del Oriente por la Isla de Nutka, un pedazo de tierra aparentemente sin valor pero que ocupa el lugar estratégico imprescindible para comerciar o controlar una lejana parte del mundo. Con la muerte del propietario original de la isla, todo se debería solucionar en las cortes, pero el inesperado regreso de su hijo, James Keziah Delaney —del que se presumía había muerto en África— pone de cabeza la situación. Y la situación se pone de cabeza porque Delaney es una mezcla perfecta entre el Conde de Montecristo (tiene razones propias de venganza y no está tampoco contento con aquellos que atosigaron a su finado padre) y Batman (se entrenó en artes variadas en el extranjero, es un luchador invencible, tiene un mayordomo sarcástico, es rico y cuenta con un plan para cada eventualidad) lo que dará como resultado ocho episodios increíbles.

The Expanse de Mark Fergus, Hawk Ostby (serie, temporada 2, 2017, Estados Unidos, Canadá)

Segunda temporada de uno de los mejores secretos de la televisión actual. The Expanse es simplemente una maravilla, pero una de esas que muy poca gente ve (sus fans festejamos ya que está confirmada su tercera temporada y no tenemos incertidumbre por delante, por una vez). Retomamos aquí, obviamente, el argumento de la primera temporada que, en esencia, es la aparición en nuestro sistema solar de una protomolécula alienígena de posibilidades malignas inabarcables. Nuestros protagonistas —el policía Joseph Miller (grande Thomas Jane) y la tripulación de la nave Rocinante (Steven Strait, Cas Anvar, Dominique Tipper y el gran Wes Chatham)— tratan por todos los medios de evitar la destrucción masiva que implica dicha protomolécula, pero, sumado al peligro que esta significa, está también el complejo mambo de las relaciones políticas entre la Tierra, Marte y los habitantes del Cinturón de Asteroide, siempre al borde de una guerra total.