cuestión de palabras
La vida interrogativa
Por María Eugenia Martínez / Martes 02 de enero de 2018
Foto: Mauro Martella
Este poeta, que no sabía cómo vivir, pudo al menos saber que le faltaron tildes. El primero es fácil: cuando sé viene del verbo saber lleva tilde. El segundo ausente es la tilde de cómo.
En general, cuando vemos los signos de exclamación o de interrogación es fácil pensar en la tilde, pero la cosa se complica cuando introducimos oraciones interrogativas indirectas:
Preguntan qué pasa.
No sé quién es.
Va a explicar cómo ocurrió.
No recuerda dónde lo puso.
No sé cómo vivir.
Un truco es probar algunas sustituciones:
quién – qué persona
dónde – en qué lugar
cómo – de qué manera
cuándo – en qué momento
quien – la persona que
como – de la manera en que
donde – en el lugar en que
cuando – en el momento en que
Otro truco es agregar un elemento enfático como carajo. Si lo admite, seguramente lleva tilde. El poeta pudo haber dicho para sus adentros: «Yo tampoco sé cómo carajo vivir». Entonces hubiera sabido que se trataba de un interrogativo y que debía poner tilde. Y en ese acto hubiera empezado a improvisar menos.