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Cuatro sueños de Gino Germani (Italia-Argentina-Alemania)
Por Gino Germani / Viernes 09 de febrero de 2018
Gino Germani (1911-1979) fue un sociólogo italiano que, al radicarse en Argentina, luego de haber estado preso, víctima del fascismo, fue precursor de la sociología argentina y latinoamericana en general. Entre los años 1948 y 1951, Germani formó una sección de orientación sentimental junto a la fotógrafa alemana Grete Stern en la revista Idilio denominada «El psicoanálisis te ayudará», en la que el público objetivo de esta revista (mujeres de los sectores populares y clase media) eran invitadas a enviar sus sueños para ser analizados por los propios Germani y Stern en un procedimiento que implicaba la interpretación psicoanalítica a través de textos de Germani y la interpretación visual de Stern a través de fotomontajes. Siendo esta un área poco trabajada de la obra del sociólogo, Caja Negra nos presenta esta bellísima y reciente edición que se presenta como un viaje de ida.
LOS SUEÑOS DE ESPEJO
En tiempos lejanos se decía que los sueños de espejo tenían relación con el infortunio y con la muerte. Acaso ello ocurría porque los espejos nos muestran a nosotros fuera de nosotros mismos, como si algo imponderable —¿quizá el alma?— se nos hubiera escapado. Hoy se admite en general que esos sueños guardan estrecha relación con nuestra personalidad, con nuestra identidad personal. Simbolizan una duda profunda (inconsciente) acerca de quiénes somos; es la pregunta que a veces alguien, aun conscientemente, se dirige a sí mismo: ¿quién soy yo? Hay ciertos momentos en que esa pregunta se vuelve angustiosa, y es justamente cuando es preciso encontrarse a sí mismo. En uno de esos momentos se hallaba esta mujer, que en la vida consciente sentía que se hundía lentamente en la rutina cotidiana, sin saber qué hacer, sin saber para qué la vida... Y ese desconcierto, según el lenguaje del sueño, deriva de una profunda duda acerca de sí misma: en el espejo se ve reflejada cuatro veces contemporáneamente; ella no es ella; no es solamente la mujer de rutina diaria, es algo más, algo más que no alcanza a distinguir con claridad, pues se le aparece simplemente, como otros dobles de sí misma. En este caso el sueño indica no solo el estado de duda inconsciente en que se halla sumida la soñadora sino también la causa de este estado. Tal es el significado de esas caras repetidas, de esos dobles, que indican la existencia en ellas de potencialidades inexplotadas, dormidas justamente en la monotonía de una vida que no alcanzaba a hacer fructificar todas las riquezas de su alma. Para salir de ese estado de desconcierto —dice el sueño— es preciso hallarse a sí mismo y descubrir, en la propia personalidad, otras facetas que han quedado olvidadas y que han dealcanzar su plenitud si no se quiere arrastrar la vida en una estéril frustración.
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LOS SUEÑOS DE ESCALERAS
La escalera representa en nuestros sueños el medio que une los distintos pisos de nuestra personalidad, y por lo tanto indica el sentido de su desarrollo. Generalmente se trata de las escaleras de una casa, pero su significado puede extenderse también a los otros tipos de escalera. De la posición del soñador en la escalera, o del estado de esta, cabe extraer significados especiales. En el caso de este sueño —que es también un sueño de peligro—, la imagen onírica revela una situación de inestabilidad en las condiciones anímicas de la soñadora. Adviértese que tal inestabilidad deriva de haber esta querido colocarse en una posición peligrosa, de la que ahora, con mucha dificultad, está tratando de zafarse. Todo esto correspondía en la realidad a la honda inseguridad (inconsciente) en la que se hallaba sumida, inseguridad que a su vez deriva de la carencia de un objetivo vital para su existencia. También tal carencia se halla simbolizada en el sueño por el hecho de que las dos escaleras no conducen a lugares determinados —observemos la ridícula posición de la joven— y solo sirven para dar una ilusión de elevación.
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LOS SUEÑOS DE ABSURDO
Con suma frecuencia en los sueños aparecen situaciones extrañas y absurdas. Parece como si fueran obra de una alocada fantasía. Sin embargo, no es en lo extraño de la apariencia, sino en su oculto significado, en lo que hay que detenerse. En este caso, la soñadora se vio bailando con un elefante, en medio de la divertida admiración de todos los concurrentes a ese extraordinario baile. Ella misma no experimentaba ninguna vergüenza, sino una cierta sensación de triunfo; en realidad, lo ridículo de la escena recaía únicamente sobre su inusitado bailarín. Un atento examen del sueño y de algunas circunstancias de la vida de la soñadora mostró su significado. El sueño representaba, en efecto, una expresión de hostilidad hacia el novio, persona algo torpe que días antes había colocado a su novia en una situación molesta debido a uno de sus tantos errores. Como a pesar de todo la soñadora tenía un sincero amor hacia su novio, reprimió la hostilidad derivada de ese episodio, pero si bien conscientemente no quiso dar importancia a la cosa, en su inconsciente albergó el impulso de vengarse.
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LOS SUEÑOS DE AUTOREPROCHE
Numerosos sueños presentan de manera casi inmediata la situación espiritual a que se refieren. No siempre la imagen onírica está representada por un símbolo. Si a veces el sentido de un sueño se halla oculto detrás del tupido velo de imágenes que sorprenden por lo insólitas e imprevistas, en otros casos se presentan con una claridad y evidencia no menos notables, al transmitir su mensaje de manera sencilla y directa. Tal ocurre con el sueño aquí ilustrado. La soñadora muéstrase afligida porque «su rostro habla». En su frente lleva escritos sus sentimientos, no le es posible fingir. Su expresión traduce siempre su verdadero estado de ánimo con toda franqueza. En realidad, esto no deja de ser una cualidad muy valiosa. Nuestra joven es digna de toda confianza; no es, como se suele decir a veces, una persona con dos caras. Mas esto, al mismo tiempo, le ha acarreado bastantes inconvenientes, pues la existencia cotidiana exige cierta dosis de disimulo. La soñadora es incapaz de ello, y esta es la causa de la expresión preocupada de su rostro.