Especial Navidad
Cascanueces, fantasía y realidad
Por Escaramuza / Miércoles 09 de diciembre de 2020
Como cada año, aprovechamos el día del arbolito para vestir nuestra casa de motivos navideños. Durante toda la Navidad y hasta el 8 de enero, los personajes del Cascanueces nos acompañarán hasta sumergirnos en el inevitable y creativo mundo de la fantasía. Te invitamos a asomarte al interior de nuestras vidrieras y disfrutar la Navidad.
Me dirijo a ti mismo, amable lector u oyente, Fritz, Theodor, Ernst o como quiera que te llames, y te pido que recuerdes vivamente la última mesa de Navidad adornada con hermosos regalos de muchos colores: entonces podrás imaginarte también cómo los niños se quedaron completamente atónitos, con los ojos relucientes, y cómo Marie, al cabo de un rato, exclamó suspirando profundamente mientras Fritz daba algunos saltos de alegría que le salieron muy bien:
—¡Ay, qué bonito! ¡Ay, qué bonito![1]
A ti, amable visitante, nos dirigimos para contarte que la Navidad llegó a Escaramuza de la mano del Cascanueces. Este cuento fue escrito y publicado por E. T. A. Hoffmann en 1816, adaptado por Alejandro Dumas en 1845 y convertido en uno de los ballets más famosos del mundo en 1892, gracias a los coreógrafos Petipa e Ivánov y al compositor musical Tchaikovski. Durante esta Navidad te invitamos a convertirte en Fritz, en Clara o Marie, y asomarte por las vidrieras de la librería hacia el interior de la magia literaria.
Al llegar, encontrarás un pueblo con sus casitas altas, llenas de ventanas diminutas, que se iluminan cada anochecer y albergan los acontecimientos más descabellados y fantásticos que solo en los cuentos pueden leerse. Por encima de ellas reconocerás a algunos de los personajes del Cascanueces, que te acompañarán en tu visita y te darán la bienvenida a esta Navidad:
Marie o Clara (según la versión del cuento) es nuestra heroína, una niña que con su vestido nuevo, regalo de Navidad, camina entre la realidad y la fantasía, y con su valor salvará al frágil Cascanueces. En la vidriera contigua, Cascanueces, aparece como un hombrecito frágil, un soldadito de plomo, procedente de la estirpe de los cascanueces, con unos dientes fuertes y grandes para partir nueces, oficio que heredó de sus antepasados. Es un príncipe maldito, que con ayuda de nuestra heroína conseguirá romper el hechizo de la malvada Ratonika. Por último, el Rey Ratón, es el hijo de siete cabezas de doña Ratonika, que matendrá una encarnizada batalla contra el Cascanueces y que por todos los medios intentará robárselo a Marie/Clara.
Ahora que ya conocés a algunos de los personajes de esta historia, podes atravesar el zaguán y cruzar la puerta, no sin antes saludar al Cascanueces que te espera para darte la bienvenida al Bosque de Navidad.
Las hojas de nuestro árbol navideño ululan y se balancean con el viento al abrir la puerta y si seguís la espiral con la vista y hacia arriba llegarás a ver la estrella que corona la copa y se aloja bajo la vidriera de color.
En el pasillo, un mar de luces te mecerán como en una barca, las olas amarillentas del Río Limonada te conducirán hasta los reinos de aromas dulces del Lago de Leche de Almendras, el País del Pan de Especias y Bombolandia. Y si seguís caminado y avanzando en la lectura del cuento, nuestros personajes te llevarán al reino de Cascanueces, en el que damas, caballeros, soldados, pastores y todo tipo de gentes que pueda encontrarse en el mundo te invitarán a compartir dulces, bebidas deliciosas y caramelos.
A ti, amable visitante, te invitamos a abrir la puerta de la Navidad y a celebrar la poesía, la imaginación y la fantasía entre dulces y libros.
[1] E. T. A. Hoffmann, El cascanueces y el Rey Ratón. Madrid: Nórdica libros, 2018, p. 19.
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