Con Leandro Donozo, editor de Gourmet Musical
La voracidad por descubrir nueva música
Por Pía Supervielle / Martes 16 de noviembre de 2021
Leandro Donozo, editor de Gourmet Musical
A partir de la autopublicación de Diccionario biográfico de la música argentina, el investigador Leandro Donozo fundó la editorial Gourmet Musical, un proyecto que fusionó su interés por la musicología, la cultura y la historia de la música con la necesidad de un espacio para la publicación sobre estos temas. Pía Supervielle entrevista al editor de una de las pocas editoriales especializadas en esta categoría.
Rewind
Últimos
años de los 80, Buenos Aires. Leandro Donozo era, por ese entonces, un
adolescente muy curioso que se devoraba los cassettes que caían en su walkman. No le alcanzaba con escuchar y
vibrar la música, siempre quería saber más. Era, también, un lector voraz de
revistas de música y un gran escucha de voces como la de Lalo Mir en esa época
dorada de la Rock & Pop. Durante sus años de secundario pateaba las calles
de la ciudad para escuchar y ver, a veces, dos conciertos por día. Lo cuenta
hoy a sus 47 años y su rostro recupera esa luz que solo aparece con los
descubrimientos. «Tenía todo el tiempo del mundo. La voracidad por descubrir
nueva música era inmensa. Leía y escuchaba todo, todo era alimento diario. Si
vos no estás ahí devorando todo, te perdiste un tiempo precioso», dice del otro
lado de la pantalla el mediodía de un sábado de octubre.
Stop
Donozo
terminó el Secundario. Tuvo que elegir una carrera. Sabía que quería dedicarse
a la música. También sabía que no quería dedicarse a tocar la guitarra. No le
alcanzaba. Había, en ese entonces, una carrera de arte en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires con una especialización en
Música. Donozo no lo sabía, pero ahí estaba el núcleo de todo lo que vino
después.
Fast
forward
Los
años transcurrieron. Donozo empezó a trabajar como periodista y también
profundizó su relación con la Academia hasta convertirse en un investigador
especializado en bibliografía, hemerografía y documentación musical de
Argentina. Y en el camino entendió que no tenía mucho sentido que todo ese
conocimiento se quedara en cajones de escritorios de académicos. Eran los
últimos estertores del siglo XX cuando Donozo edificó la página web Gourmet
Musical, una base de datos sobre música y musicología de Latinoamérica. En la
profundidad de los 90, de pronto, todo estaba ahí, a un click de distancia.
Toda esa información dio un paso natural: Donozo sabía mucho y había acopiado
tanto material como para hacer un libro. Así nació Diccionario bibliográfico de la música argentina (y de la música en
Argentina) y así, también, se gestó Gourmet Musical Ediciones. Fue un acto
heróico, un arrebato de locura, un impulso para canalizar obsesiones, una forma
práctica de editar el libro que nadie quería editar. Hoy Gourmet Musical es una
editorial dedicada a publicar libros sobre música —la única de esas
características de Argentina y pensada para conocedores y curiosos— que tiene
16 años y un catálogo de unas 80 obras.
Stop
Donozo
edita todos los libros que se publican en Gourmet Musical salvo los de la
colección «Por qué escuchamos» (que
coordina Oscar Finkelstein y en la que, de todos modos, interviene). Dice que
ese es, para él, el sentido de tener una editorial. «Crear contenidos, hablar
con los autores, participar en cien investigaciones a la vez; para mí cada
charla con los autores de los libros es una masterclass. Esa es la única parte
que me justifica los sinsabores que implica tener una editorial».
¿Cuántos libros edita Gourmet
Musical por año?
Los
que se puede. Este va a ser el año que vamos a editar más: 16, entre novedades
y algunas reediciones. Pero es muy caótico y la planificación es una hipótesis.
Gourmet empezó en 2005. El primer libro salió en 2006 y fue creciendo muy de a
poquito. Sacábamos muy pocos libros, dos, tres, cuatro. Conseguimos algunos que
anduvieron mejor y eso nos permitió tener cierta espalda y poder publicar más
libros al año. Hoy te diría que, si salen todos los que hay en proceso, en 2022
podríamos publicar dos por mes. Hay más libros de Gourmet haciéndose, en algún
punto del proceso editorial, que los que ya salieron. Nuestras publicaciones
llevan tiempo, ninguna lleva menos de un año.
La editorial en sus inicios se
nutrió mucho de investigaciones que estaban en curso o que ya se habían
terminado. ¿Te
costó convencer a tus colegas?
Por
supuesto. Tuve que convencer a mis profesores, a mis compañeros de Facultad. Me
decían: «¿Te parece sacar un libro?». No había costumbre de sacar libros sobre
musicología. Lo que sucede es que a un investigador, para sus evaluaciones, le
rinde más publicar en una revista académica en otro idioma que publicar un
libro que van a leer 3.000 personas. Después se fue ampliando el rango de
autores y de temáticas. Ahora en la editorial hay autores que son musicólogos,
historiadores, antropólogos, filósofos, periodistas, músicos, dibujantes,
poetas, escritores. Eso nos da una visión más profunda y rica del asunto. Pasa
lo mismo con los temas. Gourmet tiene libros de rock, música clásica, folclore,
tango, jazz, música medieval, cumbia y hasta asuntos que no sé ni cómo
llamarle. Y tendrá más a medida que pueda. Uno de los fundamentos de la
editorial —que también lo tenía en la base de datos— es que para escuchar
música de una manera interesante, esas categorías o esas taxonomía de géneros
complican la vida. No escuchás lo mismo un martes de noche que un sábado en la
mañana, no escuchás lo mismo para divertirte que para relajarte. Podés escuchar
a Beethoven, Charly García y la Mona Jiménez. No hay contradicción en eso.
¿Cuáles son los grandes
hallazgos de Gourmet Musical?
Para
mí cada libro es un hallazgo. Siempre me pasa que me pregunto: ¿Y esto dónde estaba?
¿Cómo no lo vimos antes? Y eso es lo que tiene que tener un libro para estar en
la editorial. Por supuesto que hay algunos que los puedo destacar por
determinados asuntos. Por ejemplo, En
contra de la música de Julio Mendivil es parte de la columna vertebral de
la editorial. Es el libro que le recomiendo a la gente que le encanta la música
pero no lee de música. También hay otros que son importantes como Música y modernidad en Buenos Aires de
Omar Corrado sobre la década del 20 y la música en Argentina. Para mí Corrado
es uno de los musicólogos más importantes que hay hoy y sin embargo fue uno de
los libros que menos vendió y menos prensa tuvo. O Esta noche toca Charly de Roque di Pietro que no es musicólogo, es
periodista, pero encontró una forma de contar y de analizar que es fabuloso; te
cuenta la historia de Charly García desde sus conciertos.
El catálogo de Gourmet Musical
tiene su ritmo. Hay ensayos, hay diccionarios, hay novelas, hay humor gráfico,
hay libros más periodísticos. ¿Cómo lo fuiste edificando? ¿Y cómo encontrás a
los autores?
El
abanico es enorme y me llegan propuestas todo el tiempo y de todas las maneras.
Hay veces que son ideas mías y otras que aparecen. Algunas muy terminadas, una
tesis de doctorado, por ejemplo, y otras que caen en un mail un sábado de noche
que son eso, una idea. Yo también estoy muy atento a las cosas que pasan. El
libro que sacamos hace poco sobre Fito Paéz y Ciudad de pobres corazones que se llama Hay cosas peores que estar solo nació de un artículo del periodista
Federico Anzardi. Pero la mayoría de los libros de Gourmet son de autores
desconocidos y estos son sus primeros libros. El libro más vendido de la
editorial es el de Mara Favoretto sobre las letras de Charly García. A Mara no
la conocía nadie, yo no la conocía, me la presentaron. Nadie lo compró por
ella, lo compraron porque estaba bueno y era de Charly García. Es distinto en
el caso de la colección de «Por qué escuchamos», a Oscar se le ocurrió
proponerle la escritura de esos textos a escritores, tipos que tuviera
experiencia en novelas y cuentos que, además, supieran de música para así poder
contar por qué estas figuras como Bowie o Lou Reed son importantes de una
manera distinta a cómo lo haría un historiador o un musicólogo. Entonces te
podés comprar Por qué escuchamos a Aníbal
Troilo porque te gusta él o porque te gusta Eduardo Berti que es su autor.
En ese caso no elegimos los temas sino los escritores. Más allá de eso, la
editorial se basa en la idea de que hay muchos temas interesantes sobre música
sobre los que no hay libros. O hay pocos o no hay de ciertos enfoques. Hay
mucho más para investigar, para pensar y para escribir. Yo quiero hacer libros
que tengan un aporte nuevo, que sean originales.
La editorial tiene una
estética muy marcada, ¿cómo se crea ese sello súper reconocible de sus
portadas?
Todos
los libros de nuestro catálogo tienen una conexión y cada libro es una pieza de
un gran rompecabezas. Por eso quería que con el diseño y las tapas se mostrara,
primero, esa relación. Y, después, quería plantar la semilla de que son obras
que aportan algo nuevo. Discuto mucho con autores, diseñadores y libreros sobre
por qué no pongo fotos en la tapa. Seguramente si pongo una foto de Charly
García en la tapa vendería más, pero para mí hacer eso es poner algo que ya
existía antes. Y no, quiero hacer una imagen nueva, por eso trabajamos con
ilustradores, personas que crean imágenes nuevas, desconocidas. Además me gusta
que la tapa sea una declaración en sí misma, muchas tapas se reproducen como
pósters, remeras y hasta tatuajes. También me preguntan por qué no hago
portadas más minimalistas, menos recargadas, más finas y yo lo que les respondo
es que los libros no son así, están llenos de notas, bibliografías, índices
onomásticos; los libros de Gourmet Musical son excesivos, recargados, son
libros en los que tiramos toda la carne al asador; sería una mentira poner una
tapa minimalista.
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